La carrera de maratón es una amante caprichosa. Le puedes haber entregado todo durante 4 meses y el dia de la “boda” decirte no y dejarte en una cuneta.En toda ”boda” parte importante son los invitados. El público de Valencia rugio atronador durante las casi 4 horas que este bufón del running tardó en recorrer los 42km y 195 metros.
Los últimos 12km cuando muchos empezaban a andar comenzaba mi plan de incrementar la velocidad hasta bajar unos 25 segundos por kilómetro el ritmo de los 30 kilómetros anteriores.Plan que contó con un aliado sorpresa. Durante esos 12 kilómetros creo que pude pronunciar la palabra “gracias” unas 200 veces. Pude “chocar manitas” sonreír y volar al mismo tiempo llevado como en una nube.
La alfombra azul tiene 195 metros,pero para mi comenzó en el km 30. Una nube de euforia similar al estado de embriaguez me llevó hasta la meta. Valencia entera volcada con “su carrera”
Volando llegue “a correr sobre el agua” y por megafonía sonó:
-Al chico de azul, DURO FIABLE Y LENTO, ponía en su espalda GRACIAS!.
Sonreí. Estalle en carcajadas.La que hablaba era Vicky, la speaker de meta.Y ese arrebato de agradecimiento a la ciudad de Valencia, a sus gentes, lo concentre yendo hacía ella y dandole un beso de maratoniano sudoroso sobre la alfombra azul.
GRACIAS VALENCIA!
(TEXTO PUBLICADO EN LA REVISTA RUNNING CV @RUNNING_CV )
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