Domingo 13 de Noviembre de 2016. Estadio Olímpico de Atenas. 12horas y 57 minutos. No puedo respirar debido a la congoja. No puedo ver nada debido a las lágrimas. No puedo moverme ni alzarme porque estoy doblado con las manos en las rodillas. Demasiados “no puedo” juntos que solamente son efectos secundarios de un SI PUEDO rotundo sin argumentos en contra.
Nunca en mi vida en llorado en una meta de una carrera. En mi opinión las lágrimas en meta solo hacen que nuestra mente no pueda guardar con mimo y detalle ese precioso recuerdo en una cajita debidamente ordenada, para consultarla con esa mezcla de alegría y nostalgia cada vez que lo estime oportuno. No me doy el lujo de perderme ese recuerdo habitualmente.
La maratón de Atenas (El recorrido genuino desde Maratón hasta Atenas) es el recorrido más duro de maratón que he corrido nunca. Ni Valencia, Sevilla o Barcelona se le acercan remotamente. Ni siquiera el temido Maratón de Madrid con sus 10 kms de subida del 30 al 40.Desde aproximadamente el kilometro 11 hasta el 32 es una continua subida (con un ligero descanso de bajada sobre el km16) por un recorrido no precisamente bonito ni evocador.
He empezado por hablaros del final de la historia pero volvamos al inicio. A la salida. La maratón tiene un recorrido lineal desde Maratón hasta Atenas. Por lo cual hay que desplazarse a 40kms de la capital griega. La organización pone al servicio de los corredores 5 puntos “lanzadera” repartidos por la ciudad con un servicio de autobuses realmente eficiente. Imaginaros la labor de llevar a miles de corredores a 40 kilómetros del punto de partida. Te empiezas a dar cuenta que esta organización no dispone quizás de grandes medios económicos pero son muy eficientes en lo que realmente importa al corredor de maratón. Y es una sensación que me acompaño desde el momento que me monte en el autobús hasta que salí de la zona de meta con mi bolsa de vida para cambiarme.
Todo fluye desde que llegas a Maratón pasando por los baños, el ropero y llegas a tu cajón. Me gusta fijarme en las caras del resto de corredores en esos momentos. Suelo imaginar sus historias, sus aspiraciones, sus ilusiones. Es un ejercicio emocionante porque esas caras son reflejo de muchas cosas. Y así uno distrae los miedos propios.
Faltan 2 minutos para empezar la carrera y todos los corredores levantamos nuestra mano derecha con el puño cerrado. Ante cosas así no hace falta saber idiomas para emocionarse. Tanto en griego como en ingles. Todos nos miramos con los ojos brillantes. En ese momento mis pulsaciones resultaron ser de 168 ppm. Nos juramentamos los tres. Saldremos juntos. Llegaremos juntos. Plan prudente y claro para todos y últimos gritos de ánimo. Empieza a sonar “Misión Imposible” y miro al cielo. Dos drones nos vigilan. Uno de ellos nos acabaría casi besando más adelante. Pero no adelantemos acontecimientos.
Correr una maratón es cocinar tus fortalezas, tus debilidades y tus emociones de la mejor manera posible. A veces resulta un plato amargo pero otras es alta cocina. Y nuestro plan ese día era “ir al burguer”. No estábamos para alta cocina ninguno de los tres. Pero tampoco como para llevarnos un mal sabor de boca. Vamos avanzando kilómetros y en el 2 ya me han dado mi ramita de olivo que llevaría hasta meta.
Desde las 6 de la mañana que salimos a la calle no pare de repetir “mucho calor, nos va a joder”. Un viejo dicho maratoniano que le escuche una vez a Gonzalo Quintana dice que si en la salida de una maratón no tienes frio, date por jodido. No hacía falta ser muy listo para saber que si a las 6 AM puedes ir en manga corta a las 12 vas a tener una temperatura curiosa para correr.
Ya llevamos 5 kms y mi cuerpo aun no encontraba sensaciones. Por dentro ya me estaba preparando porque presentía que sería un día duro. La zona que tuve contracturada del gemelo además empieza a mandar señales raras. Y aun no habíamos empezado a subir.
Afortunadamente en el 11 comienza a picar hacia arriba la carretera y eso me ayuda a pisar algo distinto y empiezo a olvidarme del gemelo. Subir es algo que se me da bien. Por lo general disfruto del esfuerzo de la subida constante. Nos distraemos continuamente con el público que si bien en los primeros 5 kilómetros estaba muy espaciado después se convirtió en una parte más de la carrera. Quizá la más importante. Hasta bailamos bailes populares griegos que el dron con cámara de la organización capto convenientemente.
Sobre el kilometro 20 noto dificultad para seguir el ritmo de José y Roberto. Me asalta cierta negatividad pensando que casi 20 kilómetros en solitario sin ellos pueden ser muy duros. Me tranquiliza sus constantes miradas hacia atrás. Y me viene bien la parada para fotografiar la placa del km21.Y durante 2 avituallamientos ni me tengo que mover de mi trazada porque el equipo cuida de mí y me traen agua. Normalmente atravieso esta fase en todos los maratones rondando el 24-26 donde me dura apenas un kilometro y con una bajada de ritmo apenas imperceptible. Conocerse uno bien a veces ayuda. Solo que esta vez estaba durando unos 4-5 kms. Pero el pensamiento se va haciendo más positivo sabiendo que en breve llegaría mi turno.
Recuerdo el momento perfectamente donde me coloco a su altura y les digo sonriente: “Chicos, ya estoy bien, a partir de aquí energía ilimitada…” Km 25 de carrera. Ambos me miraron con cara de marciano pero según avanzo el maratón comprenderían perfectamente a que me refería. Había atravesado el muro y aun quedaban 7 kms de subida hasta el km32 que era el siguiente mini objetivo a tachar de la lista.
Resulta ser el momento de más viento toda la carrera y el grupo nos vamos apañando para ir chupando rueda tras las espaldas de fornidos corredores. Esto también es maratón amigos. A veces la estampa es ciertamente cómica. Alguno nos mira como si le fuéramos a robar la cartera y el móvil. Otro corredor nos devuelve un guiño de complicidad, como diciendo “bienvenidos a este tren” El BRAVO constante en boca del público se mezcla con mis THANK YOU SO MUCH HELLAS que en una torticera mezcla de inglés y griego repetí mil veces.
Un corredor austriaco le pregunta a Roberto si conocemos a todo el público, si son todos amigos nuestros. Porque como vamos saludando a todos…Imaginaros.
Noto que mis compañeros van perdiendo fuerza. Procuro quitarles el viento. Marcar un ritmo constante. Cuidar de la manada como la manada cuido de mi. Llegamos al km32. Si veis el parcial del km33 veréis mi intención de dar un arreón final con el perfil favorable. Como he corrido Valencia 2014, Barcelona 2015 o Sevilla 2016. Pero me hubiera perdido una estampa como esta. Esta foto lo resume todo. Los tres somos conscientes que solos hubiera sido un inferno. En equipo lo logramos.
Los últimos kilómetros entrando en Atenas son de una emotividad enorme. No puedo llorar mientras corro porque de la congoja me ahogo. Ya los tres lo sabemos. Llegaremos a meta. Beso a una señora mayor altamente abrazable. Imito con mi voz el sonido de una sirena de bomberos al paso por un puesto de música. Vigilo el ritmo para no pasarme.

FLOTANDO
El último kilometro del Maratón Autentico de Atenas es sencillamente bestial. Una carretera de 2 carriles con vallas a los lados abarrotadas de griegos animando a rabiar. Cuesta abajo y teniendo como referencia visual el estadio. Un estadio de mármol blanco, tartán negro y 2500 años a las espaldas. Te sientes como los héroes de la mitología griega. Las miradas de profundo agradecimiento por venir a honrar su historia.
De repente empiezo a pensar en el brutal año 2016 que cierro. Donde logre pasar tres veces la meta de una maratón. Donde corrí 102kms (¡el mismo día!). Donde logre hacer de mi pasión mi profesión como speaker. Pasión que me llevo a África. Y recordé sobre todo a aquel tío de 90 kilos al que la oficina le amargaba y metió todo en una caja de cartón para coger aire. Y extraño a mi familia en meta. Las extrañe todo el fin de semana.
A la entrada al estadio redujimos la velocidad. El trote suave para disfrutar cada segundo. Nos cogimos muy fuerte de la mano. Y comencé a llorar. Me abrazo a mis compañeros y sigo llorando. Así es como comenzó esta crónica.
Desde luego aquel gordito puede decir bien alto NENIKEKANEN (VENCIMOS)
AGRADECIMIENTOS.
-A todos los que dedicasteis un minuto a mandarme ánimos, desearme suerte o felicitarme.Ni un solo minuto olvido que estuve allí corriendo gracias a todos los que me seguís. De corazón gracias.
-A José y Roberto por acompañarme y cuidarme “en la malas”. Otra maratón que me deja nuevos amigos.
-A Ruben Gadea y Andrea Ferrandis de Sanus Vitae por hacer que sea capaz de correr una maratón apenas dos meses después de correr un ultra de 100 kms. Sin vuestro asesoramiento profesional seguramente no hubiera podido y me habría lesionado.
-A Run Academy por confiar en mí para publicitar una de sus promociones y traerme a la cuna de la Maratón. He cumplido un sueño y ha sido gracias a vosotros.
-A SPORTRAVEL y a David Plaza por hacernos la vida fácil en Atenas y tener un viaje óptimamente organizado. Sois una opción para mi posible aventura en Berlín.
-A todos los griegos. La veneración por el corredor de maratón llevada al extremo. BRAVO.
EXTRAS
Video de Roberto Leal sobre la carrera
Joe, me has puesto las escarpias como pelos, no te digo más!
Enhorabuena, una gran aventura!
Bufff, entre la maratón de Valencia ayer y esta crónica hoy…dan ganas de correrse un maratón ahora mismo.Enhorabuena!!!
Enhorabuena una vez más, es leerte y dan ganas de salir a correr. Lo mismo algún día en vez de emular a Filipides emulamos a ContadorDeKm 😉
Eres MUY GRANDE querido Ángel. Enhorabuena por tu dura maratón, y por lo escrito más arriba. Ese 13 de noviembre te pensé mucho, estaba cumpliendo mi sueño solidario en la Behobia, un sueño que empezó gracias a tí. Besos runneroooo!!!!
Enhorabuena! peazo de cronica! lo disfrutaste! como siempre, y eso es lo que importa! a por el siguiente!
Enhorabuena de verdad. Una pasada vivirlo y hacérnoslo vivir a los demás con esta cronica. Tan solo una media a mis espaldas pero se que conseguir algo así es tremendo. A seguir!!!
Me ha gustado muy mucho tu crónica.
Nunca he corrido un Maratón, mi máxima distancia han sido los 21 de la Rock and Roll Madrileña, y leerte ha sido todo un gustazo, una inyección de «algún día lo haré».
Enhorabuena por conquistar el Olimpo, eres de los que va de menos a más, y aunque sea renqueando, te vuelves a casa con una sonrisa de satisfacción y de trabajo/diversión hecho.
Un abrazo
Que grande, leñe! Enhorabuena!
Allí estuvimos mi mujer y yo corriendo el pasado 13 de noviembre y suscribo palabra por palabra todas las emociones que relatas. Acompañar a mi mujer a completar su primera Maratón y que fuera ésta, tan dura y con tanto significado, lo convierte todo en uno de los momentos especiales que recordaremos todas nuestras vidas. Enhorabuena a los tres y especialmente a ti!!!
Muchas felicidades casi me sacaste la lagrimita! Tengo un blog aquí en WordPress le pasa a dar una leida? Gracias!
Espectacular relato. Que emoción más grande. Felicitaciones. No solo por la carrera, si no por la forma de llevarnos en esos 42k con tus palabras….yo también lloré cuando llegaron. Un abrazo atletas.
Joder q explosion d sentimientos me has hecho aflorar al explicar esta magnífica història, este año hare mi primer maraton y con un amigo hemos decidido q sea en Atenas..gracias por tu història me ha ayudado a tomarme otra manera la forma d afrontarla..el video espectacular Roberto, gran periodista!!
Es un sitio duro para debutar. Aún así te lo recomiendo. Totalmente! Que tengas buen camino para entrenarlo! 😜